viernes, 5 de febrero de 2010

CARAMELO DE MENTE



Como buena psicóloga frustrada que soy, -me encanta todo lo relacionado con la mente- esta tarde he asistido a una charla espectacular de Alison Gobnik, llamada The Philosophical Baby, como su libro. Esta ciudad es una pequeña burbuja en la que un día cualquiera, así porque sí, puedes aprender cómo se reproducen los pulpos, o cual es el último avance en la lucha contra el cáncer, según la persona con la que interacciones.

Sin embargo, en la conferencia de hoy -lejos de ser una charla tocho, con resultados sobre el ultimísimo experimento del una especialidad que sólo unos cuantos entienden en el mundo- esta excelente divulgadora nos ha deleitado sobre el comportamiento del cerebro de un bebé y el porqué de su largo periodo hasta que deja de ser un ser aparentemente inútil –al final nos ha demostrado que eses período no es para nada inservible, son todo lo contrario-.

No sólo eso, también he aprendido cosas como que cuanto más sabemos de un tema, más nos cuesta centrar la atención. Esto último me produce cierta desazón, ya que eso implica que si te interesa mucho un tema, cuanto más sepas, más difícil será que te interese o te sorprenda.

Hoy me voy a dormir, sabiendo un montón de cosas más. Y con la satisfacción de que existen todavía excelentes científicos que tiene capacidad de llegar a todo el público de una manera divertida, amena y educativa. Os dejo con uno de los experimentos que me ha dejado perpleja. Por si alguien no entiende el inglés, tenéis que contar cuantas veces pasan la pelota el equipo blanco. Realícese con mucha concentración. Si a alguien le interesa, se lo explico en otro capítulo.

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