viernes, 4 de septiembre de 2015

INFANCIAS DIVERSAS


Pensó que no había mirada más sin dueño que la de un niño jugando. Con la taza en los labios, se preguntó por qué un adulto estaba preparado para el odio de otro adulto, pero no para la indiferencia de un niño. 

El viajero del siglo. Andrés Neuman

Desde aquí, un abrazo para todos los refugiados, sirios, y de cualquier otro lugar.

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