martes, 5 de enero de 2016

CENTROS DE ROTACIÓN


Ya estamos de vuelta, inaugurando una nueva extensión del 2015, un nuevo hogar y un nuevo sitio de trabajo. Celebrando que todo esto tenga como escenario esta ciudad de vida. Desde aquí, un abrazo a Ana, Patricia, Jara y Bea por este descubrimiento.

París espera con la pasión dominada de quien ha amado mucho 
y se ofrece aún generosamente para reconfortar gestos atormentados,
gente perseguida por el empeño de vivir
incluso en las tardes frías de noviembre.
París nos asalta de modo resuelto y es inevitable pensar
que tal vez en el próximo portal, en cualquier esquina,
aguarda un instante que nos hará otros, que nos tocará
como siempre hemos esperado
para ser mejores y más hermosos.

París es la espesura cambiante de la vida
y esconde en cada uno de sus pliegues reductos de los siglos,
un esfuerzo acumulado por dar con la palabra que explique cada gesto,
por añadir un punto de hermosura a cada minuto de desesperación.
Porque la vida adquiere aquí
la consistencia de que carece en otros lugares,
otorga un impulso que aleja nuestra endeble condición
de sí misma, como si la belleza alguna vez apresada
proporcionara un doble fondo al alma, una nueva piel
que tienta la inmortalidad incluso en los días breves del otoño.

París, José Domingo Dueñas

2 comentarios:

  1. Que París siga dorándote la piel (como cantaban Sabina y Chavela) durante muchos muchos otoños...

    ¡Fuerza y alegría, Maga!

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  2. Manuel: Y que siga dando acogida a grandes amigos que vengan a iluminar más aún sus calles con historias escondidas en tarjetas de visita abandonadas.

    Un abrazote

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