domingo, 15 de mayo de 2016

GEOGRAFÍA E HISTORIA CON SABOR A CIENCIA

Hace un tiempo llegó a mis manos una herramienta fantástica (sobre todo para los amantes de los mapas, como yo), que aún no había tenido el tiempo de mirar en detalle hasta hoy. La herramienta se llama Caminos a Roma (Roads to Rome en inglés) y es la belleza de demostrar con matemáticas, y herramientas visuales una frase tan sonada como usada como "Todos los caminos llevan Roma".

Los autores, dos trabajadores de la empresa alemana Moovel Lab, quisieron zanjar la respuesta a la pregunta "¿Es eso cierto o no?" Para ello, crearon un algoritmo en el que calculan todas las carreteras que llevan a Roma (en este caso) en Europa, haciendo la línea más gruesa cuanto más rápida sea la carretera (y como casi todo el mundo sabe, carretera más rápida, implica carretera más ancha). Aquí está el resultado:

Como podéis imaginar, la respuesta a esta pregunta es SI, en efecto, todos los caminos llevan a Roma. ¿No es fascinante? ¿No tenéis la sensación de estar viendo un mapa de los Ríos de Europa de aquellas clases de geografía de la infancia? (ninguna relación con Eurovisión, lo prometo). O no os parece también una distribución de capilares de una persona? Desde aquí proponga una idea a continuar para aquel que recoja el guante -yo misma algún día-: Sería magnífico medir el grado de similitud de estas distribuciones con respecto a las de la naturaleza.

Siguiendo estos razonamientos, estos investigadores hicieron cosas muy chulas basándose en otros países (echadle un ojo a los EEUU) o a ciudades particulares (podéis investigar más aquí). Sin embargo, la que me parece más impactante es otra consistente en realizar el mismo ejercicio que para Roma pero buscando las rutas más rápidas para las ciudades más grandes de Europa, cambiando de color cuando una carretera pasaba a ser más rápida para otra ciudad. El -flipante- resultado es este:

¿Qué? ¿Cómo os quedáis? Lo que parece que estamos viendo aquí es, más bien, un mapa histórico de Europa, ¿no? España tiene un aire más cercano al antiguo reino de Aragón y Castilla que a la actualidad; Francia es difícilmente reconocible; Reino Unido tiene igualmente reminiscencias del pasado y otros países más nuevos (de la Europa del Este) están completamente difuminados. De esto, yo creo que se pueden extraer al menos dos conclusiones claras (quizá evidentes para algunos, no para mí). Que las fronteras (al menos en Europa), están ligadas fuertemente a la geografía (al menos de manera inicial), y que los cambios de fronteras debido a guerras o hechos históricos, no han ido tan rápidos como los cambios en infraestructuras. De alguna manera mirad a la red de carreteras es como mirar a la historia de nuestro continente.

Desde aquí mis felicitaciones a sus creadores por una trabajo limpio, claro y realmente interesante.

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